En occidente valoramos en mucho la limpieza, diríamos que en cierta
forma es una especie de neurosis, todo debe estar limpio y todo debe
oler bien, y más aun nuestro cuerpo y aunque sea realmente una
excentricidad, la verdad es que así somos y en materia sexual la
exigencia es mayor.
1. CONSIDERACIONES GENERALES
1.1. Olores
Hay que recordar que la nariz es, aunque no nos parezca, un órgano
estelar en la vida sexual. Los estudios indican que mucho de la química
sexual entra por la nariz, mucho de la empatía y del acople sexual tiene
un origen nasal. Por eso, el mundo de los olores y las fragancias son
realmente importantes cuando hablamos de sexo.
Así hay olores corporales que aunque no son desagradables no son
aptos para la cama. La mujer que es ama de casa, no puede oler a ajos,
cominos, o a salsas, ni tampoco a desinfectantes o astringentes. Esto a
veces es una verdadera proeza, porque estas fragancias son difíciles de
quitar.
De igual manera, para los hombres que trabajan en lugares en donde se
despiden olores sobre todo de tipo químico, como las formulas que se
usan en las imprentas, o en los estudios fotográficos, u olores como el
de ciertas pinturas y pegamentos, que suelen ser intensos, y muchas
veces irritantes de las vías áreas, y que en no contadas ocasiones
provocan alergias o apagan parte del deseo sexual.
1.2. Cabello
Hay otras partes del cuerpo que encierran una magna importancia
sexual, asi el cabello representa un fuerte estimulo sexual, la
presencia de caspa, o un cabello descuidadamente grasoso puede acabar
con el ímpetu sexual de muchos.
1.3. Boca
Que decir el aliento, la boca es un órgano estelar en materia sexual,
y es basto conocido los estragos que el mal aliento produce en la
interacción social, pues bien, en materia sexual se multiplican. Un
amante no puede descuidar tan importante detalle.
Cabe destacar, que si el mal aliento es una cosa circunstancial es
probable que pase desapercibido por aquel que lo padece, de ahí que
siempre es recomendable cepillarse los dientes o recurrir al viejo
aliado del buen aliento: el chicle.
Sin embargo, muchas personas tienen problemas cotidianos con el mal
aliento, y deben acudir a la consulta médica para resolverlo y ante todo
entender que no pueden permitirse esta condición porque produce un
alejamiento tanto sexual como social.
1.4. Pies
Muchas veces, el amante inexperto pasa por alto detalles capitales
porque no se da cuenta de su importancia, tal es el caso, de los pies,
por lo general el acto sexual se realiza en completa desnudes y esto
incluye lógicamente quitarse los zapatos y las medias, lo que en ciertas
personas significa una verdadera calamidad.
El olor tan desagradable característico de los pies húmedos no tiene
cabida en el mundo sexual, son pocos los amantes que no resienten su
presencia y como tal debe cuidarse de este aspecto. Esto es
particularmente cierto en aquellas mujeres que usan zapatos de cuero y
medias o pantys de nylon, tal combinación produce un fuerte y
desagradable olor. Situación similar se presenta en las personas que por
razones laborales usan botas de hule,
Las medias sobre todo en los varones, también son un foco de atención
porque tienden a guardar mal olor, además, al igual que con las prendas
íntimas es importante que no estén sucias o descuidadas, la presencia
de huecos, suele resultar caricaturesco, que lo diga aquel presidente
del banco mundial.
1.5. Prendas íntimas
Las prendas íntimas, hablan mucho de nuestra higiene de manera que es
recomendable que no tengan secreciones, ni guarden malos olores, sobre
todo porque muchos amantes juegan con estas prendas, simulan comérselas,
las huelen con una inspiración profunda o hasta las observan
detenidamente como estudiándolas o como quien envidia su posición.
Además para muchas personas, es muy importante que las prendas
íntimas no den la impresión de estar viejas o desgarradas, por ejemplo
con huecos, u orificios, con un elástico distendido, un encaje despegado
o con manchas.
2. HIGIENE SEXUAL DE LA MUJER
2.1. Antecedentes
Por razones históricas y culturales la mujer occidental tiene enormes
dificultades en el aseo de sus genitales, y debido a que los órganos se
encuentran parcialmente cubiertos, el proceso de aprendizaje suele ser
tórpido.
No se crea que esto solo le sucede a aquellas mujeres de los años
cuarenta, a esas que hoy son bisabuelas, no, hay que entender que la
mujer del siglo XXI no conoce a plenitud sus genitales y es común que
realice de manera inadecuada su higiene.
La tradición familiar en nuestra sociedad ignora el aseo vaginal, y
las mujeres crecen desconociendo ese abc, y son pocas las fuentes
veraces que la instruyan sobre tan importante tarea, por eso es crucial
para toda amante conocer a fondo y con detalle las técnicas del aseo.
2.2. Vello púbico
La limpieza genital debe iniciar con la aplicación de abundante
cantidad de agua y jabón sobre el vello púbico, con el fin de remover
cualquier resto de partículas como hilos de la ropa interior o de las
prendas de cama así como las secreciones normales de ese cabello.
Además, este lavado permite eliminar algunas bacterias y hasta parásitos
como el piojillo.
2.3. Labios mayores y menores
Posteriormente, se deja el jabón a un lado y solo con agua se procede
a lavar los labios mayores, separándolos se exponen los labios menores a
los cuales también se les aplica agua en abundancia. Es de particular
importancia remover un cebo o secreción blancuzca que suele acumularse
en un pliegue que se forma entre los labios mayores y los labios
menores. Esta secreción cuando se acumula puede provocar infecciones,
mal olor y da una imagen desagradable de los genitales. Desdichadamente
en nuestra práctica clínica observamos que la mayoría de las mujeres
descuidan la limpieza de esta zona.
La piel de los genitales femeninos es sumamente sensible de manera
que no se debe utilizar jabón, debido al riesgo de que se desarrolle una
irritación química, la cual puede provocar ardor, dolor, picazón y
enrojecimiento genital.
2.4. La Vagina
La vagina,
es decir el orificio vaginal y su conducto no se debe lavar porque el
cuerpo cuenta con mecanismos de autolimpieza los cuales son suficientes
para una adecuada higiene.
Es importante indicar que las duchas vaginales prácticamente no
tienen cabida en el mundo sexual y mucho menos en el mundo ginecológico.
Si una mujer desea utilizarlas, es válido, pero lo ideal es que la
ducha no contenga ni jabón ni ningún otro químico, lo ideal es que
contenga simplemente el agua, desdichadamente abundan en el mercado
múltiples duchas que contienen estos irritantes químicos.
2.5. Región anal
La región anal, sobre todo la piel que esta alrededor del ano tolera
perfectamente el uso del agua y jabón de manera que se puede utilizar de
manera generosa.
Cuando las parejas practican el sexo anal, algunas autores como
Xaviera recomiendan que al momento de bañarse introduzcan varias veces
el dedo analmente y limpien cualquier residuo del área rectal, para
evitar cualquier sorpresa.
Algunas mujeres, por asuntos muy propios, usan papel higiénico en vez
de toallas sanitarias, tanto durante el periodo menstrual como en los
días no menstruales, con el inconveniente que con frecuencia al
retirarlo deja algunos pedazos pegados a la piel vaginal y dan un mal
aspecto. Lo mismo puede suceder en el área anal, esos detalles hay que
cuidarlos, porque pueden ser fuente de desanimo sexual.
No se deben aplicar desodorantes, perfumes ni lociones genitales,
porque sus componentes suelen irritar la sensible piel de que recubre el
aparato sexual femenino, además destruyen la flora bacteriana normal de
la vagina que es la que protege a la mujer de muchos agentes infecciosos.
2.6. Senos
Vale la pena referirse a la higiene de los senos, que es una de la
cual erróneamente no se cree que amerite un cuidado especial. La areola y el pezón de la mujer esta cubierta por una fina capa de grasa que la
protege de irritaciones, alergias y descamaciones, y la vuelven mas
resistente a la succión, por eso es recomendable que la mujer no se unte
jabón en los pezones para que no remueva esta capa.
Hay que recordar que la succión de los pezones es una práctica
predilecta en la cultura de occidente y muchas mujeres experimentan
grietas, fisuras e irritaciones porque han removido en el baño diario
esa capa protectora.
2.7. Menstruación
Durante
la menstruación, mucha parejas pueden sentirse incómodos por
la presencia del sangrado, se puede utilizar una ducha vaginal -con solo
agua-, para remover la sangre acumulada en la vagina, usualmente esto
es mas que suficiente para evitar lidiar con tan hemático flujo.
2.8. Recomendaciones
Tal vez estos comentarios den la idea que para hacer el amor hay que
alistarse como para una boda o una graduación, y la verdad es que los
trajines de la vida no dan para tanto preámbulo. Sin embargo, hay que
recordar que nunca es mal vista una ducha antes de ir a la cama, y es
una forma simple de llegar presentable a la fiesta del amor.
2.9. La defecación y la micción femenina
El acto de orinar y defecar en la mujer merecen un apartado especial.
Como es bien sabido la mujer orina sentada, y amerita secar parte de la
orina que moja los genitales y el vello. El movimiento para secar esta
orina es metiendo la mano entre sus piernas y deslizando el papel desde
el orifico vaginal hasta el vello púbico, es decir hacia adelante.
Cuando la mujer defeca debe limpiarse de pie, deslizando el papel
desde el orificio anal hacia atrás y hacia arriba, alejándose del
orifico vaginal.
Muchas mujeres después de defecar se limpian la región anal y la
orina de manera simultanea, de manera que colocan el papel en el
orificio anal y lo desplazan equivocadamente hacia adelante pasando por
el orificio vaginal hasta llegar al vello púbico. Con este proceder,
esparcen la materia fecal en la región vaginal y propician molestas
infecciones.
El hábito correcto debe ser enseñado por los padres desde la más
temprana edad para evitar que la mujer enfrente infecciones vaginales
desde la infancia. Además como es un hábito, a muchas mujeres adultas
les cuesta aprender la técnica correcta, y constantemente, de manera
inconciente, se limpian de manera errada.
2.10. Semen
El semen es una secreción muy apetecida por los amantes, sin embargo
hay personas que les resulta poco grato su presencia, y siente la
necesidad imperiosa de removerlo ya sea de la piel, el pelo o de la
cavidad vaginal.
En la piel y el pelo se puede utilizar agua y jabón, fácilmente el
semen desaparece, en la cavidad vaginal se puede utilizar una ducha
vaginal -de solo agua- para eliminarlo por arrastre.
El semen en la ropa, testigo momentáneo del derroche vivido,
desaparece con el lavado usual, si deja alguna mancha indica que
probablemente existe un proceso infeccioso.
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